Compilación de la información, del Club Croata de Punta Arenas: Dušan Matulić Cvitanić , Paola Cerda González y Marco Bartičević Sapunar.
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En la península de Istria, al oeste de Croacia, las comunidades croatas, istrio-romanas e italianas siguen manteniendo vivas diversas formas de canto y música a dos voces en escala istriana, que se caracterizan por la potencia y la leve nasalidad de la voz.
Aunque se dan variaciones e improvisaciones en las dos voces hasta un cierto punto, los intérpretes siempre acaban cantando al unísono o con una octava de diferencia Los instrumentos musicales típicos son los caramillos sopele -siempre tocados en dúo-, las gaitas, las flautas y el laúd tambura [tám-bu-ra].
Existen variantes locales con características propias. Por ejemplo, en el kanat [cá-nat], interpretado mayoritariamente por población croata, la segunda voz se suele reemplazar o duplicar con un pequeño sopele. En el tarankanje [ta-ran-cá-ñe], las palabras se sustituyen a veces por sílabas características (ta-na-na, ta-ra-ran, etc.) para imitar el sonido de la flauta.
Esta tradición musical todavía está muy presente en la vida diaria y en las festividades, en particular las bodas, ceremonias religiosas y reuniones comunitarias y familiares.
Sus depositarios son un centenar de cantantes y músicos de gran talento, así como una decena de artesanos. Hoy en día, con frecuencia están asociados a los grupos folclóricos.
En la tarde de la víspera de la fiesta de San Blas se echan al vuelo las campanas de todas las iglesias de Dubrovnik [du-bróv-nik], situada en el sur del país, y se sueltan bandadas de palomas blancas, símbolos de la paz, mientras los fieles se reúnen para celebrar el ritual de curación del mal de garganta destinado a prevenirles de las enfermedades.
El 3 de febrero, fecha oficial de la fiesta de la ciudad y de su santo patrono, los portaestandartes de las parroquias, en vestimenta folclórica, se dirigen a la plaza central de la ciudad para participar en el momento culminante de las festividades, una procesión a la que acuden obispos, embajadores, autoridades civiles, personalidades invitadas y gran parte de la población de Dubrovnik.
La fiesta encarna múltiples actividades, desde la celebración de rituales hasta la interpretación de cantos folclóricos, pasando por la representación de artes escénicas y la fabricación de objetos artesanales tradicionales, en particular armas de fuego históricas con las que se dispara en las festividades.
La celebración del ritual, que se remonta al menos al año 1190, ha reforzado la identificación de los vecinos de Dubrovnik con su patrono, San Blas.



Mientras "los reyes" ejecutan su danza del sable, las reinas comentan sus movimientos con cantos. Luego, la familia visitada se une a las jóvenes y ejecutan una danza folclórica con ellas.Después de haber obsequiado a las muchachas con un refrigerio, éstas se dirigen en cortejo a otra casa. Al día siguiente, la procesión va a una ciudad o aldea vecina para seguir el festejo, que culmina con una fiesta en casa de una de las jóvenes.El conjunto del pueblo -la escuela primaria, la parroquia y numerosas familias- contribuye a los preparativos de la procesión y las jóvenes que han participado en ella se sienten particularmente orgullosas.Aunque no se sabe cuáles son el significado y el origen de este ritual, lo cierto es que los habitantes de Gorjani lo consideran un símbolo de su pueblo y una ocasión para mostrar la belleza y elegancia de sus hijas.


Animan su marcha moviendo rítmicamente las caderas unos contra otros y dando brincos al aire.A veces, los grupos comprenden personajes bufos, como un "oso" travieso que burla sistemáticamente la vigilancia de sus dos "guardianes".
Cuando llegan a un pueblo, se agrupan en círculos concéntricos en la plaza de éste, tocando sus campanillas hasta que los vecinos les dan comida y albergue antes de seguir su periplo.Al final del carnaval, los campanilleros retornan a sus pueblos respectivos y recogen la basura de todas las casas, quemándola delante de ellas.
La fiesta de los campanilleros presenta variantes características de cada pueblo y contribuye a estrechar los vínculos de las comunidades siendo un excelente medio para renovar los lazos de amistad entre los pueblos de la región e integrar a los recién llegados a la cultura tradicional de ésta.

Esta artesanía se concentra en las ciudades de Pag [pag], situada en la costa adriática; de Lepoglava [le-po-glá-va], al norte del país, y de Hvar, en la isla dálmata del mismo nombre.En un principio, los encajes de aguja de Pag se destinaban a la confección de vestiduras eclesiásticas, manteles y adornos indumentarios.
Su técnica de ejecución, consiste en bordar motivos geométricos sobre un patrón en forma de tela de araña.Los encajes de bolillos de Lepoglava, que se ejecutan trenzando hilos enrollados en husos, se destinan a la confección de cintas para atuendos folclóricos.
En esta ciudad se celebra todos los años un festival internacional del encaje para exaltar esta arte tradicional. Solamente las monjas benedictinas de la ciudad de Hvar utilizan la técnica del encaje con hilo de aloe. Los finos hilos blancos extraídos de la médula de esta planta se tejen en red o utilizando un patrón en cartón.
Los encajes producidos son un símbolo de Hvar.Son las mujeres de las zonas rurales las que han creado desde hace mucho tiempo atrás las distintas variedades de encajes que, además de constituir una fuente de ingresos complementarios para ellas, han dejado una impronta perenne en la cultura de la región.


El canto dura tanto tiempo como el que pueda aguantar el cantante principal sin respirar.Las escalas tonales de las melodías son limitadas y esencialmente cromáticas, abarcando su letra temas muy diversos, desde el amor hasta cuestiones políticas y sociales de actualidad.
El canto ojkanje ha sobrevivido gracias a grupos organizados de depositarios locales de esta arte tradicional, que siguen transmitiendo sus conocimientos y técnicas y representando a sus pueblos de origen en festivales de Croacia y otros países.Aunque el canto ojkanje se suele transmitir oralmente, los medios audiovisuales y el aprendizaje organizado en el seno de grupos folclóricos locales están desempeñando un papel cada vez más importante en su transmisión.Sin embargo, la supervivencia de las técnicas del vibrato individual y de numerosas formas del canto a dos voces depende, en gran, medida, de la existencia de intérpretes dotados de talento y competencia, capaces de aplicar sus conocimientos y transmitirlos a las generaciones más jóvenes.

Los artesanos que elaboraban este pan, asentados en el norte del país, se dedicaban también a la fabricación de velas y miel.El procedimiento de elaboración del pan de especias exige habilidad y celeridad a la vez. La receta utilizada por todos los artesanos es la misma: hacen una masa con harina, agua, azúcar y bicarbonato de sodio y le añaden las especias indispensables. La masa se coloca en moldes, se cuece, se seca y se pinta con colorantes alimentarios.Cada artesano ornamenta el pan a su gusto, con imágenes, espejitos, versos y mensajes. Lo más corriente es que se le dé la forma de un corazón y que se prepare para las bodas, ornamentado con los nombres de los recién casados y la fecha del casamiento.
Cada artesano ejerce su oficio en una zona determinada, sin que su actividad interfiera con la de otros.La técnica de elaboración del pan se ha venido transmitiendo de generación en generación desde muchos siglos atrás, en un principio solamente entre hombres, pero hoy en día las mujeres son también depositarias de esta tradición. Con el correr del tiempo, se ha convertido en uno de los símbolos más notorios de la identidad croata.


Los jinetes que participan en esta competición cabalgan a todo galope en una de las calles principales de la ciudad, apuntando con su lanza un aro de hierro suspendido de una cuerda.El nombre del torneo viene de la palabra alka [ál-ka] (anillo), que es de origen turco y pone de manifiesto la coexistencia histórica de dos civilizaciones diferentes, así como los intercambios culturales entre ellas.Las reglas del torneo, codificadas en un reglamento que data de 1833, preconizan una conducta ética y el juego limpio, subrayando al mismo tiempo la importancia que reviste la participación en la vida de la comunidad.
Los participantes tienen que ser miembros de familias de la ciudad de Sinj o de la región de Cetinska Krajina.El conjunto de la comunidad toma parte en la fabricación, conservación, restauración y reparación de las armas, la indumentaria y los accesorios utilizados en esta festividad tradicional.
Paralelamente al torneo tienen lugar celebraciones religiosas, reuniones sociales, visitas familiares y diversos festejos, tanto en los hogares como al aire libre. Sinjska Alka es el único vestigio de los antiguos torneos medievales que se celebraron regularmente en las ciudades costeras de Croacia hasta el siglo XIX.





Su edad varía, ya que son numerosos los jóvenes que cantan con intérpretes de edad más avanzada.En el ámbito de la klapa "tradicional" la transmisión de los conocimientos se efectúa oralmente, mientras que en el de la klapa "de festival" esa trasmisión está organizada de manera más formal y se centra en la realización de conciertos y presentaciones.En el ámbito de la klapa "moderna", los cantores van adquiriendo experiencia con la asistencia a conciertos y la escucha de grabaciones sonoras.



Elemento importante para la economía y el patrimonio cultural de esta localidad, la construcción de “batanas” transmitida en el seno de familias de artesanos fue mermando en proporciones alarmantes hasta 2004, debido a la producción industrial de embarcaciones.Ese año, un grupo de apasionados defensores locales de este tipo de embarcación creó una asociación, la Casa de la Batana, para preservar su construcción y las prácticas culturales inherentes a la misma (un dialecto local y cantos tradicionales).La asociación contó con la ayuda del municipio y la comunidad italiana de la ciudad, el apoyo del Museo del Patrimonio Cultural y del Centro de Investigaciones Históricas de Rovinj y la asistencia de un especialista en ecomuseología para crear el Ecomuseo de la Batana, cuyo objetivo es dar a conocer este tipo de embarcación al público y ofrecer formaciones en técnicas y prácticas culturales inherentes a su construcción y uso.El ecomuseo cuenta con una exposición sobre la construcción de la batana, su equipamiento pesquero y las diferentes clases de pesca practicadas. También organiza talleres sobre técnicas de construcción destinados a fabricantes de embarcaciones; publica documentación especializada y organiza regatas, alentando a los jóvenes a participar en ellas. Además, el ecomuseo posee un astillero para construir y reparar batanas, en el que tienen lugar visitas guiadas para el público en general.
Su estabilidad estructural se logra gracias a una selección y colocación sumamente cuidadosas de las piedras.Con esos muros se han creado diferentes tipos de hábitat humano, así como de estructuras para la agricultura y la ganadería, que han configurado paisajes muy numerosos y variados.Estas construcciones constituyen un testimonio de los métodos y prácticas usados por las poblaciones desde la prehistoria hasta la época moderna, con vistas a organizar sus espacios de vida y trabajo sacando el máximo provecho de los recursos naturales y humanos locales.Los muros de piedra seca desempeñan un papel esencial en la prevención de corrimientos de tierras, inundaciones y avalanchas, en la lucha contra la erosión y desertificación de terrenos, en la mejora de la biodiversidad y en la creación de condiciones micro climáticas propicias para la agricultura.


Con frecuencia, las mujeres desempeñan la función de tutoras en la transmisión de esta práctica musical a las nuevas generaciones.