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Ernesto Livacić Gazzano

Síntesis biográfica

Nuestro personaje destacado, don Ernesto Andrés Livacić Gazzano nació el 22 de marzo de 1929 en la austral ciudad de Punta Arenas, siendo sus padres un obrero ganadero inmigrante croata, Nicolás Livacić Marinović, y una dueña de casa inmigrante genovesa, Ema Gazzano Tagliafico.

Junto a sus padres y dos hermanas menores, Francisca Rosa y Flavia María, constituyen un núcleo familiar muy sólido que será muy importante en la niñez y adolescencia de Ernesto, situación que se vio favorecida porque sus primeros años de vida transcurrieron en el poblado de Río Seco, lugar de trabajo de don Nicolás, situado a unos 15 Km al norte de Punta Arenas.

A pesar de la poca educación sistemática de Nicolás y Ema, las bases de su formación personal y valórica fueron, según sus propias palabras, el mayor legado recibido de parte de sus progenitores. Según Ernesto, ellos fueron ejemplo viviente de la rectitud y del bien común, permitiendo frente a la adversidad buscar siempre lo mejor para sus hijos. Por ello, cuando transcurría su edad escolar se trasladaron a Punta Arenas, para ingresar al Liceo Salesiano San José, en donde realizó su enseñanza primaria y secundaria entre 1936 y 1946, siendo normalmente el mejor alumno de su nivel, becado por los mismos Salesianos para después cursar sus estudios universitarios, producto de la gran capacidad que ya mostraba por esos años.

En el mismo colegio tuvo importantes compañeros, los cuales ayudaron a forjar aún más el amor por las letras, la literatura y el camino de las humanidades. Cabe mencionar a Roque Tomás Scarpa Martinić (periodista), Mateo Martinić (Abogado e Historiador, creador del Instituto de la Patagonia y Premio Nacional de Historia) y José Pavicić (Abogado y Ministro de la Corte de Apelaciones de La Serena), Domingo Mihovilović, entre tantos otros. Con cada uno de ellos, mantuvo una permanente relación en sus años posteriores a su natal Punta Arenas.

En febrero de 1947, luego de rendir el bachillerato en forma destacada, mediando un gran sacrificio de sus padres, se trasladó a Santiago para, en Marzo, ingresar a la universidad, matriculándose en la carrera de Pedagogía en Castellano en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Allí empezó a forjar el camino que lo haría posteriormente un hombre reconocido en el mundo de las letras y, en el mismo lugar, según sus propias palabras, conocería a quién fuera el amor de su vida, y posterior esposa Betty Rojas Manríquez.

Al término de sus estudios presentó su memoria de título de Profesor de Estado en Castellano, titulada «El Sentido de la Gloria en los Renacentistas Españoles» el 2 de noviembre de 1951, trabajo por el cual, recibió la distinción máxima, y reconocimiento de sus profesores en cuanto a la formas de abordar el tema de las letras hispanoamericanas.

En marzo del mismo año inició su labor docente en el Liceo Juan Bosco y la Gratitud Nacional de los sacerdotes salesianos y en el Liceo Nocturno José Abelardo Núñez. A su vez, por exigencias curriculares, realiza su práctica pedagógica en el Liceo Manuel de Salas.

En 1952 ingresó como profesor reemplazante al Instituto Nacional y, posteriormente, al Liceo Barros Arana. En julio de 1953 ganó un concurso de profesor jornada completa en el Liceo Nº 6 de Hombres de San Miguel, en donde permanece por alrededor de doce años. En este Liceo desplegó todas sus cualidades como educador, con una pedagogía activa, promotor y guía de sus alumnos, impulsándolos a la lectura de las obras clásicas de la literatura; une a la exigencia académica el trato cordial y humano con sus discípulos.

En Enero de 1953 contrajo matrimonio con una joven profesora de castellano que había conocido en el Pedagógico, Betty Rojas Manríquez, de cuya unión nacieron siete hijos: Flavia Isabel (27/12/1953), María Virginia (21/12/1956), Ernesto Nicolás (10/02/1958), María Angélica (8/11/1959), Carlos Alberto 4/05/1963), María Cristina (18/02/1965) y Pablo Esteban (7/12/1967), miembros que hasta el día de hoy, todos viven, y le dieron catorce nietos y un bisnieto.

La Sra. Betty fallece en septiembre del año 2000 causando un profundo dolor en don Ernesto, sus hijos y nietos, ya que la representación del hogar, era la extensión de su familia, donde la familia se construyen desde el seno materno, representando con ello, la dinámica de relaciones de cada uno con el mundo próximo, entendiendo a través de esta forma, la comprensión de la realidad y su perspectiva con el mundo próximo.

Don Ernesto inició su carrera como Académico especialista en Literatura Medieval en la Pontificia Universidad Católica de Chile en 1955, manteniéndose hasta agosto de 1994. Allí ejerció labores docentes y directivas a saber: en la Comisión de Admisión de la Universidad (1968), Director de Asuntos Estudiantiles (1970-1973), Decano de la Facultad de Filosofía y Letras (1973-1976), Director del Instituto de Letras (1984-1988: dos períodos), Representante de los Académicos ante el Consejo Superior (1977-1979; 1985-1987; 1993-1994), Representante de los académicos ante el Consejo de la Facultad de Letras (1991-1994) y Miembro del Comité de Postgrado del Instituto de Letras (1991-1993).

A nivel universitario fue, además, Presidente de la Junta Directiva de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación entre 1990 y 1992.

Su labor a nivel central del Ministerio de Educación para ejercer su vocación de servicio público la inició en 1954 como Secretario Privado del Ministro de Educación, en ese tiempo don Oscar Herrera Palacios. Allí se mantuvo hasta fines del gobierno de Carlos Ibáñez del Campo (1958), cumpliendo tal función con ocho Ministros.

En Enero de 1965, en el gobierno de Eduardo Frei Montalva, asumió como Secretario Técnico del mismo ministerio, teniendo una decisiva influencia en la Reforma Educacional que se implementó desde ese año en el país. Siempre fue referente nacional e internacional en materias de Educación, lo que permitió que representara al país como miembro de la Unesco, y otros organismos derivados.

Su influencia será mayor cuando ejerció la Subsecretaría de Educación entre el 4 de julio de 1969 y el 4 de noviembre de 1970. A comienzos de la de décadas de los ochenta, es nombrado “miembro de la Academia Chilena de Lengua”. Posteriormente, será Coordinador de la Comisión Programa de Cultura para el gobierno de Chile 1990-1994 (1989-1990), miembro de la Comisión Asesora de Cultura del Ministerio de Educación (1990-1992) y miembro del Consejo Nacional de Televisión entre 1992 y 1996. Dentro de los logros más importantes de Ernesto están, Ser Embajador Polipotenciario del Gobierno de Croacia para América Latina después de su independencia hasta el momento de su muerte, obtener en 1988 el Premio Mundial de la Educación galardón que algunos lo comparan con el nobel alternativo de la disciplina, y por último, el Premio Nacional de Educación de Chile en el año 1993.

Quizás si tuviéramos que definir a Ernesto Livacić Gazzano en palabras de quiénes lo conocieron y trabajaron a su lado, están las palabras vertidas por la Academia Chilena de la Lengua Española en su funeral “Son tantos los motivos que, en su nombre, debemos agradecer al Señor quiénes lo conocimos. Generaciones de estudiantes, instituciones y escritores pudieron contar con su presencia activa y generosa. La academia vive una tristeza alegre por su partida. Triste, porque dejamos de contarlo entre los próximos; alegre al saber de su presencia crecida en el trabajo y en la orientación que le fueron distintivos. Alegre, es también, la tristeza nuestra, porque habiendo sido heraldo de la palabra, ahora es plenamente acogido por el Verbo”.

Síntesis de su obra

La obra de Ernesto Livacić Gazzano, se reflejó en más de cincuenta libros y de seiscientos artículos para variadas revistas nacionales y extranjeras de la especialidad. Los escritos en sus inicios de orden literario. El primer libro que publicó fue: Literatura Chilena, Manual y Antología (1955), posteriormente, Historias de Navidad (1957). Escribió, a su vez, varios textos de estudio de su especialidad: Castellano para las Humanidades 1º a 6º antes de 1965 y posteriormente para la Educación Media Iº a IVº. Resultan clásicos sus textos de estudio Páginas amigas y Literatura española con varias reediciones y para distintos grados de enseñanza.

En la Pontificia Universidad Católica de Chile publicó, para su cátedra de Literatura Medieval, La Ruta Literaria del Cid y otros ensayos literarios como El futuro es tuyo (en conjunto con su esposa Betty Rojas, 1983,1985), Humanismo y Universidad (1974), Amor y educación (1982), entre infinidades de trabajos más.

Su producción más significativa, desde la perspectiva educacional, se encuentra desde 1958 en adelante.
Colaboró, a través del desarrollo de algún capítulo, en numerosos libros y simposiums sobre educación (Educación Particular en Chile, Educación Particular y Escuela Nueva, Educación y Participación en Chile, no» en Simposium Internacional Arte, Educación y Sociedad, VI Semana Social de Chile: Cristianismo y Economía, Los Valores Formativos en las Asignaturas de la Enseñanza Media, Educación Evangelizadora, X Semana Social de Chile: La Eficacia del Amor, Iglesia y Educación en el Futuro de América Latina, Educación y Subdesarrollo en América Latina, Hacia una Renovación Educativa Hoy, Mario Hiriart. El Mensaje de un Laico, Educación, Vocación y Compromiso.

También publicó una serie de artículos en varias revistas y boletines (Política y Espíritu, Boletín de Pedagogía Cristiana, Teología y Vida, Boletín Informativo Flandes, Revista de Educación, Aisthesis, Humanismo y Universidad, Pensamiento y Acción, Política y Espíritu, Pensamiento y Acción, Revista de Pedagogía, Presencia).

Membrecías y premios

  • Desde 1983 fue miembro de Número de la Academia Chilena de la Lengua, de la que fue secretario (1983-1999), Vicedirector (1995-1998) y Presidente de la Comisión de Literatura (1999-2005)
  • Desde 1993 fue miembro de la Asociación Chilena del Currículo Educacional.
  • Desde 1994 fue miembro honorario de la Sociedad Chilena de Historia de la Educación
  • Entre 1989 y 2004 fue miembro del Consejo Superior de la Universidad de las Américas.
  • Entre 1990 y 1992 presidió la Junta Directiva de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación y, entre 1993 y 1999, integró la junta Directiva de la Universidad de Magallanes.
  • En 1997 fue nombrado miembro correspondiente de la Academia Croata de Ciencias y Artes.
  • En 1989 recibió la Orden al Mérito del Consejo Mundial de Educación.
  • En 1993 recibió el Premio Nacional de Ciencias de la Educación.
  • En 1994 fue distinguido como profesor emérito de la Facultad de Letras y Filosofía de la Universidad Católica de Chile
  • En 1999 la Universidad de Magallanes le confirió el doctorado Honoris Causa.

Don Ernesto Livacić fallece en Santiago, a la edad de 78 años, el 29 de Mayo de 2007.

En síntesis:

La personalidad de Ernesto Livacić es multifacética, como esposo, padre, político, académico, administrador, escritor, hombre público, pero actuando siempre en una sola línea, guiado por la verdad, el rigor, el compromiso, la responsabilidad, la lealtad, la alegría, el amor, la esperanza y la fe.

Sus escritos revelan una preocupación preferente por la educación en sus diferentes aspectos desde una perspectiva cristiana y por la persona de los educandos. También, son una expresión, como causa o como efecto de su praxis educativa, ya sea en el aula universitaria o en los cargos de gestión educacional que ha ejercido.

Sus obras sobre literatura están pensadas para que sirvan de instrumento o medio educativo para los alumnos, ya sea a nivel universitario (la antología, especialmente) o secundario (sus textos para este sector educacional); sus reflexiones educativas que se encuentran en libros o revistas apuntan a diferentes problemáticas o temas educativos, como la educación particular, la educación nacional, la educación por el arte, el planeamiento educacional, educación y participación, educación y desarrollo, los valores y fines de la educación, el proyecto educativo, la misión de la universidad y la educación cristiana en cuanto implica innovación y cambio en la sociedad actual.

Don Ernesto Livacić Gazzano, un personaje digno de destacar, todo un orgullo para nuestra ascendencia croata.