Con una marcada dosis de satisfacción, observamos que los vínculos entre nuestros dos países se incrementan a viento en popa. Conferencias, conmemoraciones, homenajes, competencias deportivas, charlas, entrevistas con autoridades, convenios, eventos de camaradería… dan sentido y vida a intercambios de toda índole y a la preservación de nuestra doble identidad. El rol desempeñado por cada una de las instituciones de ascendencia croata —desde Iquique a Tierra del Fuego— es ampliamente reconocido y valorado, tanto en Chile como en Croacia. Y eso lo hemos podido comprobar recientemente. Sabemos con creces que, en última instancia, son las actividades que se llevan a cabo a través de estas organizaciones, las que sustentan y desarrollan las relaciones entre los dos países.
Desde hace unos años —pero incrementado notablemente este último tiempo— se observa el acercamiento de nietos y bisnietos de inmigrantes croatas a la tierra de sus ancestros. Sobre este fenómeno, es necesario subrayar que existen dos tipos de acercamiento bastante definidos. Un primer grupo lo componen quienes buscan exclusivamente obtener la ciudadanía croata, y a esta categoría ya nos hemos referido anteriormente en otros comentarios. Numerosas demandas de ciudadanía son presentadas por jóvenes profesionales ante el Consulado de Santiago. Sabemos que una parte de estas solicitudes conlleva el deseo del solicitante de contar con un pasaporte europeo, puerta de acceso a ese continente, después de la integración de Croacia a la UE y al espacio Schengen. Disponer de un pasaporte “facilitador” del libre tránsito en Europa se enmarca dentro del ámbito del desarrollo personal y esta parece ser la motivación de esa categoría de jóvenes. A todos ellos, que, ignorando probablemente lo esencial acerca de Croacia, optan más bien por oportunismo a una segunda ciudadanía —la que, en este caso, les es extranjera— les hemos expresado y reiterado la importancia de que su gesto sea una forma de compromiso con sus ancestros, un acto responsable que busque también integrarse en el desarrollo de vínculos entre los dos países de los que son ciudadanos. Consideramos que el juramento de fidelidad a la nación que se hace solemnemente al adquirir la ciudadanía, debiera tener un significado que transcienda a la mera obtención del documento que la atesta.
Afortunadamente, constatamos también que existen otros jóvenes de cuarta generación —bastante numerosos por lo que podemos apreciar— que sí buscan un verdadero encuentro con sus raíces. Varios nos han manifestado su deseo de participar junto a nosotros, otros de visitar o radicarse en Croacia, estudiar el idioma, postular a una beca, etc. Las nuevas formas de comunicación por redes sociales que hemos puesto en marcha hace unos meses para mejor comunicar con un público más joven, prueban así sus resultados.
Nos felicitamos de esta enérgica savia emergente, susceptible de adoptar nuestros principios e integrarse a los quehaceres que tienen por objetivo mantener la identidad y desarrollar nuevos lazos. Se trata de un desafío del que esperamos estar a la altura de las expectativas de esos profesionales que adhieren al CPEAC. Debemos renovarnos, qué duda cabe; es menester actualizar nuestras prácticas y también las personas que impulsan las acciones. Un desafío que nos habíamos impuesto hace unos años y que, probablemente, no habíamos asumido del todo. Pero hoy es tiempo de hacerlo, no solo para mantener vigente las instituciones, sino para dar nuevos bríos a las acciones que de ellas emanan.
Lo reiteramos con fuerza y lo haremos hasta la obstinación: nuestro Círculo está abierto a todos los profesionales y empresarios de origen croata que compartan sus principios y estén deseosos de contribuir a desarrollar vínculos con la tierra de sus ancestros. Esta misma postura es adoptada también por las demás organizaciones hermanas.
Por múltiples razones, pero sobre todo por la enorme cantidad de descendientes de croatas en Chile, debemos incrementar nuestras relaciones con Croacia. La cuarta generación debe hacer suyo este desafío. ¡Les esperamos!