Como es habitual cada año, en diferentes ciudades de nuestro país, sendos actos de conmemoración por el Día Nacional de Croacia han tenido lugar a fines de mayo. Para las organizaciones de ascendencia croata de Chile, estas manifestaciones son una forma de expresar reconocimiento y pertenencia.
Reconocimiento por la gesta que comienza con la elección libre del parlamento croata, hace treinta y cinco años, y las acciones ulteriores impulsadas a través de sus principales instituciones para alcanzar —a costa del sacrificio de muchos de sus hijos— la plena y total soberanía nacional. Una épica de valor histórico y moral que dio vida a una nación. Fue un camino arduo y repleto de dificultades, pero también de gran determinación, ante el que nos inclinamos con respeto y del que nos enorgullecemos. Celebrar el Día Nacional es mantener la memoria histórica que nos une.
Para quienes no nacimos en Croacia y hemos vivido lejos de su territorio, la identificación con la nación es un fenómeno complejo que reviste múltiples facetas: primeramente, contamos con un legado pleno de valores que emana de nuestros padres y abuelos y al que tratamos de ser fieles; luego adoptamos una pertenencia que, con el tiempo, ha comenzado a ser identidad propia, y buscamos un acercamiento permanente a ese país que, pese a estar geográficamente distante, nos considera sus hijos.
Es ese legado y ese acercamiento el que nos hace participar en las instituciones de la comunidad en Chile y que está compuesto de razón y de afecto. Es lengua, historia, arte, letras, música, deporte, afectos…es redescubrir familiares e impregnarse de paisajes y sabores; y son también los principios republicanos y de civilización compartidos, aquellos que nos parecen necesarios preservar más que nunca, sobre todo en estos tiempos convulsos, donde la paz y la seguridad internacional penden de un hilo.
Croacia nos es cercana y, desarrollar vínculos con ella resulta como una suerte de espontáneo deber. Hace unos meses, publicábamos una antología de poemas, cuentos y relatos de autores chilenos de origen croata. “Puentes sobre el mar”, la titulamos. Y haberla llamado así es un símbolo potente que sustenta nuestra acción mucho más allá de la literatura. Entendemos que nuestra misión se refleja perfectamente en esa imagen: ser los constructores de aquellos sólidos puentes que nos acercan a Croacia y de paso sensibilizar a muchos compatriotas acerca de su historia, su cultura y su gente, para que ojalá puedan ellos ir a visitarla y recorrer el país de las mil islas, hoy abierto al mundo, del que nadie regresa indiferente.
Cada mes, el CPEAC sigue recibiendo a nuevos socios deseosos de contribuir a esta tarea de acercarnos y de acrecentar los vínculos en diversos ámbitos. En esta dinámica, procuramos crear espacios de colaboración con otras instituciones hermanas, así como con autoridades comunales y nacionales, con agentes públicos y actores privados. La difusión permanente de información que nos permite conocernos mejor es una tarea que hemos asumido y en la que perseveraremos durante este año en que, casi sin darnos cuenta, cumplimos seis décadas de existencia.